“El esplendor de la
naturaleza, casi virgen y su inmensidad, estremecía a los labradores llegados
de diminutas campiñas europeas.”
El pasado lunes 3
de junio se conmemoró el Día del Inmigrante Italiano, celebración que se
instituyó mediante Ley 24.561/95 en homenaje a la ola inmigratoria más
significativa en nuestro país, provocada por aquellos emigrados que arribaron
desde Italia y sus distintas regiones. Se eligió esta fecha por ser el día del
nacimiento de Manuel Belgrano, célebre descendiente de inmigrantes italianos,
creador de la bandera patria, hijo de Domenico Belgrano Peri, nativo de
Oneglia, Liguria. América era la tierra desconocida pero también soñada. Su
nombre tenías resonancia de paz, trabajo y pan. Muchos eran los que emprendían
el intento, acordado por las políticas inmigratorias de los países que, como
Argentina, necesitaban brazos fuertes y voluntades decididas para el labrado de
sus tierras dilatadas y fecundas. “Gobernar es poblar”, la frase de Alberdi
tenía connotaciones de apertura, porque las puertas debían ser franqueadas por
gente de otras latitudes… “para todos los hombres de la tierra que quieran
habitar el suelo argentino”, expresaba el preámbulo de la Constitución nacida
en 1853. Aquellos inmigrantes que llegaron a nuestra ciudad de San Francisco en
particular y toda la zona de influencia, correspondieron mayormente a la última
ola emigratoria, luego de la Segunda Guerra Mundial, entre 1946 y 1965. Ya
instalados se dedicaron a trabajar para sacar adelante sus familias y se
abocaron a los distintos oficios que traían de su patria natal: en su mayoría
fueron agricultores, constructores, albañiles, carpinteros, herreros,
zingueros, sastres, zapateros, cocineros, panaderos, linotipistas, docentes,
proyectistas cinematográficos, artistas, entre otros. Las mujeres también
fueron claves principalmente en el trabajo rural, la docencia y el arte. Las
amas de casa supieron mantener las tradiciones, usos y costumbres italianas, a
través de sus comidas, la educación de sus hijos y la disposición de sus
hogares. Con el trabajo y la variedad de ocupaciones que desarrollaron podemos
afirmar que estos inmigrantes contribuyeron al desarrollo de nuestra Ciudad y
la zona. En homenaje a todos aquellos italianos que han enriquecido el
patrimonio espiritual y material de nuestro país y más precisamente de nuestra
región, en nuestro suplemento de los días domingo de “La Voce degli Italiani” publicamos
las “Historias de Inmigrantes” que la gente de nuestra zona nos envía, para
rememorar a nuestros antepasados italianos y a las familias que forjaron
nuestros pueblos, en reconocimiento a aquellos que con valor, trabajo y
sacrificio, trabajaron por la grandeza de nuestra Argentina. Ud. también puede
enviarnos su historia escribiendo a sociedaditalianasfco@gmail.com
o visitándonos en Av. Libertador N 99 esquina Iturraspe de 10 a 12 Hs, Tel
443200.
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