El mar verde
Por
Víctor Fenoglio y Miryan Tranquilli*
Menegón, Alessio y
Victoria
Alessio y Victoria |
En Montebelluna,
provincia de Treviso, nació Alessio Luciano un 13 de diciembre de 1922; su
familia estaba conformaba por su madre, Anna Maria Fabro, su padre, Francesco, y siete hermanos más. Nos narra Alessio: – Mi padre tenía una carpintería. Todos
trabajabamos desde muy chicos. Cuando vino la 1era guerra, mi padre salió
herido, y con la 2da guerra, yo estuve herido. Esa es la vida que pasabamos
en Italia. En ese momento intervino Victoria Basina, su esposa: Una tarde vi que el cura del pueblo llamaba
a la puerta de la familia Menegón, con un sobre blanco en la mano. La carta
decía que Alessio estaba “desaparecido”. Victoria pensó que había muerto. Pero…
¿dónde estaba Alessio? Él así nos cuenta: Estaba
en la frontera de Rusia, herido, cuando terminó el bombardeo fuimos rescatados
por la Cruz Roja y
me llevaron a un hospital militar en Checoeslovaquia. Una vez que mejoré me
mandaron a Francia, ocupada por Italia y Alemania en 1943. Llegó la amnistía,
el comandante dio la orden de depositar el arma y nos dijo: “no vayan con el
tren, ni por la ruta, sino por la montaña”, porque si éramos pescados por los alemanes
nos llevaban. No teníamos qué comer, ni agua ni alimentos, encontramos a unos
pastores, que tenían casa y familia, ellos nos alojaron y nos dieron alimento,
tuvimos suerte porque nos atendieron bien. Nos dibujaron en un papel el camino
que debíamos seguir. Caminamos treinta y dos días por la montaña muy alta, y menos
mal que era el mes de septiembre porque en octubre comienza la nieve. Llegué a la
frontera de Turín y desde allí envié una
carta a mi familia, pero, como era un peligro que los alemanes abrieran el correo,
escribí: “La Suora Elena
sta bene” (La Hermana Elena está bien), esta carta llegó, y cuando pasó el
peligro, me fui a casa en tren. Al llegar Alessio a su casa se encontró con
la triste realidad; su padre había fallecido, una bomba destruyó la carpintería
y trabajo no había. Éstas fueron las causas que lo decidieron venir a la
Argentina. En Colonia Marina, a 50 km
de San Francisco, vivía un hermano suyo, Guido, a quien ya no conocía, debido
al tiempo transcurrido desde su partida. Antes de partir de Italia, Alessio fue
a visitar a su novia (Victoria) y ésta le dijo: -¿Y vos no pensás casarte?, si no te casas, vos no te vas a la Argentina.
A la mañana siguiente,
como novio bien enamorado, la fue a buscar a su casa: -Agarré la
bicicleta, la senté en el caño y fuimos a casarse, a la Municipalidad. Sin
vueltas. Dos desconocidos nos
salieron de testigos… Alessio arribó a la Argentina el 6 de abril de 1949 y
por carta le contaba a Victoria maravillas del país y de Colonia Marina. Para
Victoria este pueblo, debido a su nombre, se encontraba a orillas del mar. Un
año y medio después, se reunió con Alessio; qué sorpresa se llevó cuando preguntó: ¿Dónde está el mar?; su esposo le contestó: -En esta zona el agua no es azul, sino verde. Tuvieron dos hijas:
Ana María y Graciela. Durante dos años trabajó con su hermano en Colonia Marina.
Luego, en San Francisco, Alessio entró a la fábrica Eternit, en la carpintería;
en tanto, fue familiarizándose con el idioma, y luego empezó a trabajar por su
cuenta, en una carpintería alquilada. Allí conoció a Elio Ronconi, el
constructor, y Alessio le hacía las aberturas. Una de las obras más importantes
fue la construcción de todas las puertas y ventanas del Cottolengo. La vida de
la familia Menegón fue un granito de arena más, como el de tantos otros inmigrantes
que fueron construyendo la nacionalidad.
Alessio Menegón es uno de los abanderados de la Sociedad Italiana |
* Los datos
utilizados provienen de la entrevista realizada el 25 de abril de 2006. Archivo
de Historia Oral. Fundación Archivo Gráfico y Museo Histórico de la Ciudad de
San Francisco y la región.
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